s en cuenta.
1. Observa. Nuestros hijos tienen un modo particular de ser, de actuar y de reaccionar ante los problemas cotidianos. Cuando estos comportamientos varían y sus acciones se tornan distintas, es una señal inequívoca de que algo está sucediendo. Por tal motivo, observar es mucha más que solo ver, es seguir y vigilar el patrón de comportamiento.
2. Revisa sus cuadernos, útiles y uniformes. A través de ellos podemos tener información sobre el rendimiento de nuestros hijos, pero también son indicadores de cómo van las cosas en el colegio. Los cuadernos son blanco fácil de los agresores, en ellos descargan su violencia y los rompen o los garabatean. Lo mismo sucede con los útiles. El uniforme también es un buen indicador ya que los abusadores suelen maltratar o dañar las prendas de las víctimas. Si descubres alguna de estas señales, ¡atenta!
3. Conoce a sus amigos. Es importante saber con quiénes se relacionan nuestros hijos en el colegio, esto nos da una idea de cómo se desenvuelven en ese espacio. Observa cómo transcurren estas relaciones, si se tornan ásperas y agresivas, algo puede estar sucediendo. Y monitoréalos también en el uso de las redes sociales. Es preciso que ellos sepan que corren peligro si utilizan mal estos medios. Es necesario vigilar estas acciones para evitar el cyberbullying.
4. Teje una red de padres y de profesores. Organiza un directorio con los datos de profesores, padres y amigos de tus hijos, y promueve espacios de reunión en donde puedan conversar y compartir información crucial para el desarrollo armónico de sus hijos. En estas reuniones podemos enterarnos de lo que están haciendo nuestros hijos y en dónde se encuentran. Es muy sencillo tejer y monitorear esta red desde cualquier Smartphone o tablet.
5. Sé asertiva. Nuestra comunicación debe ser asertiva, solo así podremos crear espacios de confianza para que los niños y adolescentes puedan expresarse libremente. Ellos deben decir lo que sienten y nosotros debemos escucharlos atentamente, sin interrumpir, sin espantarnos por lo que nos cuentan, sin juzgar. Genera un ambiente en donde tus hijos se sientan libres de hablar sin culpa, sin miedo ni temor a castigos o represalias.
0 comentarios:
Publicar un comentario